Antonio Machado 1939- 2009- 2014

Antonio Machado con su familia. 
     Este blog nació con una entrada sobre Antonio Machado: Ligero de equipaje, publicado el 7 de abril de 2009. Unos meses después, coincidiendo con la fecha de su boda con Leonor, el 30 de julio, publiqué Machado y Leonor, la entrada más popular de Lenguaenliteratura. Era un momento en el que yo estaba leyendo mucho sobre el poeta. Por las mismas fechas estivales, una noticia sobre un profesor conocido que mostraba su desánimo frente a unos alumnos que despreciaban la poesía machadiana me llevó a escribir ¿Malos tiempos para la lírica?  He de decir que ya no comparto conmigo misma el entusiasmo que pretendía transmitir en ese artículo. Son, efectivamente, malos tiempos para la lírica (en palabras de mi admirado Bertolt  Brecht, tan actual también en estos momentos:"En mí combaten/ el entusiasmo por el manzano en flor/y el horror por los discursos del pintor de brocha gorda./Pero sólo esto último/me impulsa a escribir").
   Se celebra hoy el 75 aniversario de la muerte de Machado. Se  recuerda con palabras afectuosas al poeta que cae bien, al hombre bondadoso y discreto que huía justamente de reconocimientos  y de vanidades.  Son setenta y cinco años sin un Antonio Machado más presente que nunca. Más presente y más necesario que nunca. Quienes lo admiramos recordamos "El mañana efímero" cada vez que abrimos un periódico y leemos una noticia nacional. También los jóvenes empiezan a redescubrirlo y empiezan a despertar. Ha sido necesaria otra crisis como la del 98 para caer en la cuenta de que el "joven lechuzo y tarambana" no es un personaje pasajero. "La España de la rabia y de la idea" está condenada a convivir con él. Para ellos, para que no decaigan ni la rabia, ni la idea, ni el cincel ni la maza, traigo aquí este consejo de Juan de Mairena, hoy, a 22 de febrero, setenta y cinco años después de que Antonio Machado, paseante, llegase al último recodo de un camino blanquecino: 

     "La política, señores es una actividad importantísima... Yo no os aconsejaré nunca el apoliticismo, sino, en último término, el desdeño de la política mala, que hacen trepadores y cucañistas, sin otro propósito que el de obtener ganancia y colocar parientes. Vosotros debéis hacer política, aunque otra cosa os digan los que pretenden hacerla sin vosotros, y naturalmente, contra vosotros. Solo me atrevo a aconsejaros que la hagáis a cara descubierta; en el peor caso con máscara política, sin disfraz de otra cosa; por ejemplo: de literatura, de filosofía, de religión. Porque de otro modo contribuiréis a degradar actividades tan excelentes, por lo menos, como la política, y a enturbiar la política de tal suerte que ya no podamos nunca entendernos. 
     Y a quien os eche en cara vuestros pocos años bien podéis responderle que la política no ha de ser, necesariamente, cosa de viejos. Hay movimientos políticos que tienen su punto de arranque en una justificada rebelión de menores contra la inepcia de los sedicentes padres de la patria. Esta política, vista desde el barullo juvenil, puede parecer demasiado revolucionaria, siendo, en el fondo, perfectamente conservadora. Hasta las madres -¿hay algo más conservador que una madre?- pudieran aconsejarla con estas o parecidas palabras:"Toma el volante, niño, porque estoy viendo que tu papá nos va a estrellar a todos -de una vez- en la cuneta del camino."

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